Enric Sopena, la verdulera del PSOE

El miedo de la sedicente izquierda se expresa con la máxima agresividad a través del diario digital de cabecera más paradójica y de más inefable editor: El Plural [sic]. Los libelos de Enric Sopena, trufados de insultos, inexactitudes, descalificaciones, insidias, barbaridades y puñaladas traperas, tienen que ver con el periodismo de opinión tanto como un discurso de Magdalena Álvarez con las Institutiones de Quintiliano. O sea, nada. Ya antes había rociado con sus espumarajos a Rosa Díez: la había llamado "socialista despechada" y en un artículo verdaderamente antológico le había aplicado floridas descripciones como "hada madrina de la derecha extrema" y, entre otras, las siguientes cualidades: "despreciable mezquindad", "egolatría", "descaro", "oportunismo", "resentimiento" y "vileza dialéctica"; además de atribuirle "injurias y calumnias contra Zapatero" que nadie sabe por qué nunca ha ido a denunciar ante un juzgado. Es lo bueno que tiene insultar: que no hace falta aportar pruebas. Sopena, o quien le paga, debe estar realmente acojonado, porque ahora sale con que Rosa no es de izquierdas (como si las etiquetas fueran la cuestión; pero para ellos está claro que lo son) y, para demostrarlo, en lugar de comentar las ideas o las propuestas de UPyD, insiste en el insulto con saña renovada, añadiendo a los anteriores el de "traidora", además de compararla directamente con Mussolini. Que un tipo despreciable te insulte no es muy importante, puesto que insulta a todos excepto a su patrón: Sánchez Dragó es un "tránsfuga de sí mismo", Rajoy "incorregiblemente débil", los votantes de Rosa "ridículos", UPyD una "empanada mental", UCE un "partido exótico", Alcaraz un "reaccionario" y sus manifestaciones "ultramontanas", todos (Aznar, UCE y Rosa Díez) criptofalangistas, Rajoy (de nuevo) "tan divertido como patético" y "paquidérmico" y toda esta historia, en general, "una coña marinera". ¿Habrá alguien a quien Sopena, desde su olimpo de sabiduría progresista, otorgue un rango mínimamente superior al de deficiente mental...? Los insultos pierden potencia por su exagerada acumulación y apenas nos sirven para conocer la catadura de quien los segrega; pero también el grado de la preocupación que está cundiendo entre los paniaguados del PSOE. Qué penita dan. Hala, majos, id a lavaros esas bocas con jabón y no insultéis más, hijos de puta, que es de mala educación...